Por la Redacción*
CIUDAD DE MÉXICO.- Jorge Carrillo Olea, ex director del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), aseguró que el penal de El Altiplano “es un recinto cerrado, un espacio que está blindado, es imposible penetrarlo, yo sé cómo está, yo diseñé en mis tiempos esa chingadera, es inviolable. Pero es inviolable la instalación más no las personas que ahí trabajan. Desgraciadamente, hay mucha corrupción”.
En entrevista para la Revista Variopinto, abundó que los sistemas de video vigilancia son “una intrusión en tu intimidad, total y absoluta, estás sentado en el excusado y te están filmando, cosas tan desagradables de decir, como que te estás masturbando y te están fotografiando. Es decir, no existe la mínima privacidad mientras comes o mientras duermes, todo el tiempo estás siendo monitoreado, es una cosa terrible pero parece que aquí no lo era tanto”.
Además, el ex funcionario puso en duda que “El Chapo” se encontrara en una celda común.
“Otra posibilidad es que no se encontraba en una celda sino en dos, porque si una de estas mide cuando mucho 3 por 4 metros —que es de por sí un área muy grande—, y le quitas el tamaño de la cama, el espacio que ocupa el escritorio y el baño, te darás cuenta que no hay modo de que quepa la entrada hacia un túnel”, refirió.
“Yo me pregunto: ¿dónde está la tierra producto de la excavación? Hay una gran mentira en el fondo. De acuerdo con las normas con las que se construyó el penal, no hay un minuto en que estés fuera del alcance de cámaras. No hay ninguna celda que tenga su propia regadera. ¡Qué caso tan más complejo! ¿Qué tipo de suelo tienen las celdas? Porque si es suelo calizo no hay quién lo penetre sin una herramienta. ¿Y el ruido? Si es un suelo inestable, hay posibilidad de derrumbes; un solo hombre en un espacio de 50 por 50 centímetros realiza un túnel de más de un kilómetro, ¿con qué ventilación?… ¿de dónde salieron los cables, los focos y cómo se opacaba el ruido?”, preguntó.
Sobre esta pregunta, este lunes el diario Reforma publicó que los trabajos del Sistema Cutzamala, que se hacen en los alrededores del panal de máxima seguridad, permitieron que el ruido para generar el túnel pasara desapercibido.
“Les resultó muy bien, me cae que sí, le pensaron bien porque trabajando día y noche en el Cutzamala con el ruido de las máquinas y el ruido de allá, ¿cuándo los escuchaban? y es que en el Cutzamala estaban trabajando día y noche, eso sí es tener inteligencia”, expresó el señor Antonio, cuya casa se ubica a unos 250 metros de la casa en la que se encuentra el orificio de salida del túnel por donde, según la versión gubernamental, escapó Joaquín Guzmán Loera el sábado pasado.
*Con información de Variopinto y Reforma