Por Oswald Alonso
Lo que paso este martes en la universidad Autónoma del Estado de Morelos y la Cámara Nacional de Comercio en Cuernavaca, es una sinvergüenza de los candidatos del PRI y PRD a la alcaldía de la ciudad capital Jorge Messeguer Guillen y Maricela Velázquez Sánchez, quienes mostraron estrategias perversas para minarse en este proceso electoral que llega a su recta final.
La organización de estudiantes de la UAEM organizó un debate entre los candidatos a la presidencia municipal. Como era de esperarse los candidatos del PRD y PRI hicieron de las suyas llevando a sus simpatizantes a un terreno neutral y donde se suponía debían respetar la autonomía universitaria, pero no ocurrió así.
Por un lado Maricela Velázquez, organizó un recibimiento a Jorge Messeguer con pancartas donde se le repudiaba su asistencia a la universidad; otros jóvenes gritaron fuerte a Messeguer ser el candidato del gobernador incapaz Graco Ramírez. Lo más fuerte, los golpes a la camioneta de Messeguer, incluso reporteros consignaron que hubo el intento de dos tres golpes al perredista. Eso solo a la llegada al debate.
Durante el debate Jorge Messeguer fue rebasado por las críticas del resto de los candidatos. Luis Miguel Ramírez, candidato del PAN, con ironía reconocido que el gobierno efectivamente ya no se aliaba con el narcotráfico sino que ahora los contrataba, en referencia al instructor contratado para la academia de policía que resulto trabajar para Servando Gómez, líder de la organización criminal Los Caballeros Templarios con presencia en Morelos. Se llevó los aplausos el panista, mientras el rostro de Messeguer se rompía.
La Salida de Jorge Messeguer, también fue precipitada. A empujones y golpes. También es justo decir que no todos los que se encontraban gritando contra Messeguer eran priistas, sería un error asegurarlo, también participó un grupo nutrido de universitarios que ni con el PRI ni con el PRD. Estos también traían sus críticas contra el candidato oficial.
Por la tarde las cosas empeoraron. La CANACO convocó a un debate, a las afueras de las instalaciones llegaron integrantes del Nuevo Grupo Sindical (NGS) en apoyo a Jorge Messeguer Guillén. Era el inicio de la venganza de Jorge Messeguer Guillén.
Llegada la hora arribó el candidato del PAN, Luis Miguel Ramírez Romero, lo recibieron con gritos y golpes los integrantes del NGS. Como pudo entró pero sólo para alertar de la agresión y establecer que no había condiciones externas para el debate pues parte de su equipo había sido agredido por golpeadores que había llevado Jorge Messeguer Guillén. Minutos más tarde el debate se suspendió con el argumento de que no había condiciones de seguridad para los candidatos.
Jorge Messeguer se salió de control, ordenó de plano en un acto de venganza, golpear a quien horas antes lo había exhibido peor que cómplice de narcotraficantes. A Jorge, se le olvido esa frase del Chavo del Ocho “la venganza mata el alma y la envenena”.
Los candidatos con estas malas prácticas, como lo muestran los hechos, serán rebasados por sus golpeadores. Acaso no advierten que los ciudadanos, con esos hechos, confirmamos que son una mala opción política en este proceso electoral?
Desde luego que no lo advierten, como tampoco tienen la capacidad para advertir algo peor. Por ejemplo, el crimen organizado.
Conocido es de todos qué, el narcotráfico en Morelos penetró la estructura gubernamental hasta sus huesos, que impuso en municipios candidatos y que existe una lucha por territorio entre los carteles del narco.
No menos cierto es que son los criminales quienes aprovechan siempre la confusión, la debilidad gubernamental y la estupidez de candidatos, para reaccionar y crear caos, más en un proceso electoral.
Lo que paso ayer miércoles en los debates de candidatos debía ser una cachetada para que los dirigentes con mano dura apliquen orden en sus estructuras, y candidatos, porque lo que lo malo que llegara a suceder es su responsabilidad.
La confusión siempre es aprovechada por el narco, ojalá que aquí no sea así porque de ocurrir los responsables son Messeguer y Maricela.