Por Diana Valderrábano

Cuernavaca, Mor., 25 de noviembre.- Al recibir el doctorado Honoris Causa por la UAEM, el ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), José Narro Robles, dijo que México es un gran país pero con problemas serios que se han agudizado como la pobreza y la inseguridad.

El exrector recibió de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), el doctorado Honoris Causa por su aportación al país desde la UNAM.

“México es un gran país, con problemas serios, algunos de siempre. No podemos engañarnos o intentar ocultarlos. Ahí están la pobreza, la desigualdad, los niveles insuficientes de educación, analfabetismo, temas como la violencia, la injusticia, la  impunidad, la  corrupción, que han estado siempre y que se han agudizado, pero han estado siempre”, dijo el ex rector.

Narro fue distinguido en el marco del 48 aniversario de la UAEM y posteriormente en entrevista afirmó que las universidades públicas tienen la libertad de investigar, opinar y hacer propuestas sobre temas federales y locales.

Su declaración fue a propósito de la participación de la UAEM en la investigación sobre los cadáveres depositados en una fosa común, adjudicada a la Fiscalía General del Estado, en la localidad de Tetelcingo, municipio de Cuautla, al oriente del estado.

“Lo único que puedo decir es que las universidades públicas tienen capacidades técnicas, sin duda alguna, la capacidad y autoridad moral para realizar investigaciones,  para proponer, aportar  y servir a la sociedad”, declaró Narro Robles.

Por su parte el rector de la UAEM, Alejandro Vera Jiménez, dijo en su discurso que la universidad en el ámbito de su autonomía esta comprometido con los familiares de las víctimas, con organizaciones civiles  y defensores de los derechos humanos para conocer la verdad de lo que sucedió con la inhumación de 150 cuerpos depositados de manera irregular por personal de Servicios Periciales, dependiente la Fiscalía General.

“Transformar las condiciones de violencia, opresión y alienación que amenazan con fragmentarnos y polarizarnos unos contra otros, como de hecho ya está ocurriendo en nuestro país y en tantos otros lugares del planeta, nos exige hacernos cargo de nuestra responsabilidad ante las víctimas de la barbarie criminal, empezando por reconocer y comprender que lo sucedido a las víctimas nos ha ocurrido a todas y a todos, que su dolor es nuestro dolor, que su memoria es nuestra memoria, que la reconstrucción de la memoria colectiva pasa necesariamente por la inclusión y recuperación de sus voces y experiencias hasta ahora excluidas, silenciadas, subordinadas y suprimidas”, dijo el rector.

Luego se refirió al caso de las fosas de Tetelcingo y afirmó que el caso constituye un hecho infame y criminal que incrementa la impunidad y la revictimización de las familias afectadas, porque les impedirles saber si los cuerpos son o no de sus familiares.